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Gràcia: República Independiente de Cadenas Libreras (1ª Parte)


A mediados de agosto, Barcelona y sus visitantes tienen una cita obligada con las Fiestas de Gracia. El kermés no se distingue por la quema de fallas o el acoso y derribo a animales inocentes, sino por el travestido de sus calles con los más inverosímiles motivos. Aprovechamos la juerga para correr librerías -intentaremos emular al pionero del turismo libreril Larry Portzline y sus recorridos por librerías indies de USA. Para apartarnos con éxito de las poderosas insul(s)as Fenaces y Casasdelibro,desplacémonos hacia un imaginario pueblo independiente de esas grandes cadenas, la Vila de Gràcia. Adornemos nuestro paseo pedestre con una selección de librerías independientes y locales más o menos relacionados con la venta de libros.

El punto de partida del itinerario está localizado en la Diagonal, en la frontera sur de la Vila de Gràcia, junto a la Iglesia y Convento de Pompeya, obra del arquitecto modernista Enric Sagnier. Allí estaba localizada la desaparecida Cinc d’Oros, la librería «roja» que durante el franquismo proveyó de material prohibido a algunos de los más insignes y progresistas lectores de la ciudad (Réquiem laico de Jorge Herralde).

Nuestro homenaje a esta librería engullida en el año 2002 por la especulación inmobiliaria y el encadenamiento de los libros está motivado por un suceso:  el incendio que provocaron los guerrilleros de Cristo Rey al arrojar un cóctel Molotov contra su escaparate dedicado a los tres «pablitos», como definía la prensa fascista a Pau Casals, Pablo Picasso y Pablo Neruda. Continúen caminando y sabrán más.

Como entre libros anda el juego, subimos por la calle Minerva -la diosa romana de la sabiduría, las artes y las letras- y giramos a la derecha. En la calle Séneca -filósofo romano- encontramos medio oculta entre unos vehículos que infringen las ordenanzas de carga y descarga (probablemente se trata de policías de paisano disfrazados de mensajeros) a la Librería Europa, la librería nazi cuyo dueño ha sido condenado a varios años de prisión por vender material apologético del genocidio judío, entre otras perlas. La fuerza empleada por los fachas durante el franquismo se ha girado en contra de esta librería «especializada»; ahora ha asumido el papel de víctima. El animado debate que suscita esta librería alrededor de la libertad de expresión bien vale una visita. Su posicionamiento y manipulación propagandística está reiterado en el cartel de la entrada («Los libros perseguidos», «La verdad nos hace libres», un sentido homenaje a Auschwitz -los slogans totalitarios no han cambiado demasiado desde los años treinta y cuarenta del siglo pasado-, redactados en un hipócrita catalán). Proponemos que no entren en la librería. Es suficiente con subir los dos ó tres escalones que conducen a la puerta de entrada y al escaparate, protegidos por una cámara de seguridad las 24 horas del día. Si usted es un aventurero es una experiencia  ser atendido por unos libreros que practican una conocida selección de sus posibles clientes: un skinhead (¿saben leer con el brazo en alto?) o una joven ustasha. Pueden conformarse con comprar un souvenir elegido de la amplia oferta de tazas de café con la efigie de su general nazi preferido.  En el escaparate se defiende que el verdadero Holocausto fue el bombardeo aliado sobre Dresde o que Júlio Évola era un científico social… sorprende que editoriales «normales» (Susaeta, Inédita, Nowtilus y sus libros para amantes de batallas y armas) expongan sus libros sobre la vanagloriada Segunda Guerra Mundial; si uno se despista puede pensar que está visitando la sección de historia de la Casa del Libro… Frente al escaparate un tablón de anuncios informa sobre el caso Pedro Varela: «Condenado un simple librero«; comparan la represión china con la catalana.

Existe una campaña para cambiar el nombre de la calle por el de Anna Frank, pero hasta el momento no ha tenido éxito. Un consejo: no entre con la kipá.

Pero no nos demoremos en la «historia» que hay mucho que ver. Volvemos sobre nuestros pasos, y continuamos la remontada de la calle Minerva hasta la Plaza Narcís Oller. Foto con el escritor realista. A pocos metros está la calle Doctor Rizal y, frente a la casa del bístec, encontramos una librería de segunda mano, El Astillero. Como el restaurante carnívoro, casi siempre está cerrada (una particularidad de muchas librerías de lance, la exclusividad de sus horarios; son como los ginecólogos: ¡cita previa!). Si tiene suerte y la librería está abierta no se deje engañar por su angosta puerta y entre. No se arrepentirá. Especializada en ensayo, en el sótano puede encontrar  verdaderas joyas a unos precios más que razonables. Sin lugar a dudas, la mejor librería de segunda mano del barrio de Gracia -al menos se han tomado la molestia de prescindir de saldos vergonzosos.

De una buena librería a otra. Seguimos dirigiéndonos hacia la montaña (no se preocupen; la República de Gràcia se extiende hasta el Parque Güell. Suban si se atreven y visiten la mini librería de Laie). La Riera de Sant Miquel desemboca en una placita con el mismo nombre. Desde allí parte la calle Vic y en el número 14 encontramos Casa Anita. Hace pocos meses que se han trasladado a este nuevo local más espacioso y luminoso donde exponen una excelente selección de libros infantiles y juveniles. Déjese aconsejar por Oblit Baseiria, una de las mejores libreras de libros infantiles de la ciudad. Parece ser que en pocos meses la librería habilitará un espacio para actividades infantiles. ¡Qué no les pase nada! Aunque siempre pueden pedir ayuda a los libreros de la vecina Librería Europa. Raus, Raus…

Nos movemos en los márgenes. En la frontera oeste de la Vila de Gràcia está la Plaza Gal·la Placidia. Siga la calle Vic hasta un mercado y en pocos pasos llegará a la plaza. Si continuamos por Via Augusta topamos con Maite Libros, uno de los comercios decanos del barrio. Un letrero de neón clama consignas contra la COPE, a favor del Estatut… pero no tienen nada que temer pues un amplio escaparate se atreve con muchas recomendaciones de bestsellers exclusivamente en castellano. Una librería generalista, superviviente y resistente, famosa por el mal humor de su dueña. Giramos por Rambla del Prat para desembocar en la calle Gran Gràcia (la calle Mayor de nuestro pueblo-librería) para remontarla en dirección a la Plaza Lesseps. Como el barrio presume de tener de todo, nos topamos con la librería solidaria de Intermón Oxfam y, unas manzanas más arriba, encontramos una excelente tienda de tebeos y muñecajos, Antifaz Cómic.

La web de Antifaz es una de las páginas más bonitas e interesantes de este tipo de librería especializada. En la Plaza Lesseps está situada la Biblioteca Jaume Fuster que cuenta con una sala de exposiciones dedicada a temas librescos y presentaciones.

Mientras bajamos otra vez por Gran de Gràcia, podemos entretenernos con el itinerario literario que propone el ayuntamiento de BarCeloNa: Gràcia, univers literari.

No se me despisten. Parada del metro de Fontana, calle Astúries y giro al sur. La Travessia Sant Antoni está interrumpida por una minúscula plaza dedicada a Anna Frank. Fíjense en la escultura de este precoz Hombre-libro…

(Continuará)